Girando sobre el eje,
sin equilibrio,
sin equilibrio,
se descosen las coordenadas ecuatoriales.
Talando la selva
perdemos el aire,
que yace tibio,
en el hueco de nuestros pulmones;
que yace tibio,
en el hueco de nuestros pulmones;
pero mirando tus ojos
se pierde mí universo.
Y ya no importa si el eje,
la selva
o el mundo
acaban en este instante.
Porque todo lo que veo es lo que quiero,
y todo lo que quiero es tocar tu cielo.
Eso, que cuando veo sus ojos, entro al cielo.
ResponderEliminarBesos.